Se ha pretendido tanto desacreditar, ridiculizar y desterrar de la piedad popular el rezo del Santo Rosario…
Y, sin embargo en Lourdes, en Fátima, por no mencionar nada más que algunas de las apariciones aprobadas por la Iglesia, la Virgen se aparece con el rosario en las manos y recomienda, exhorta y hasta pide que se le obsequie con esta práctica de devoción. ¿Qué tendrá el rosario que tanto agrada al la Santísima Virgen María?. A un buen hijo le basta con conocer el deseo de su madre para que se esfuerce en complacerla. Pero además son los mismos Papas los que nos recomiendan encarecidamente esta devoción.
No debemos mirar esta práctica como algo insignificante y de escasas consecuencias, como ha generalmente la gente y muchos sabios orgullosos. Esta práctica es verdaderamente grande, sublime y divina. El cielo es quien la ha dado para convertir a los pecadores más endurecidos y a los herejes más obstinados. Dios ha vinculado a ella la gracia en esta vida y la gloria en la otra. Los santos la han ejercitado y los Papas la han autorizado.
LAS ORACIONES DEL ROSARIO
El rosario comprende la oración vocal y la oración mental.
La oración mental es la meditación de los principales misterios de la vida de Jesús y su Santísima Madre. La oración vocal del rosario consiste en decir decenas de avemarías precedidas por un padrenuestro y terminadas por un gloria.
ORIGEN I SIGNIFICADO DEL SANTO ROSARIO
Hacia el año 1214, la región meridional de Francia, era solada por una infame y terrible herejía: la de los albigenses.
Convocada una Cruzada para combatir ese mal, el choque entre católicos y herejes no tardó en producirse. Y esta noble región francesa pasó a ser el escenario de innumerables y sangrientas batallas entre católicos y albigenses se disputaban el terreno palmo a palmo.
En este estado de extrema tribulación, Santo Domingo, movido por una inspiración divina, entra en un grande y profundo bosque próximo a Tolosa, y pasa allí tres días y tres noches en continua oración y penitencia, implorando a Dios que tuviese piedad de su propia gloria despreciada por los herejes.
Como resultado de tanto ardor y esfuerzo, termina cayendo medio muerto. Y, he aquí, que María Santísima, se le aparece resplandeciente de gloria.
La Santísima Virgen, acompañada de tres princesas del cielo, se le aparece y le dijo: ¿Sabes tú mi querido Domingo, de que arma se ha servido la Santísima Trinidad para reformar el mundo?- ¿Oh, Señora, responde él, Vos lo sabéis mejor que yo, porque después de vuestro Hijo Jesucristo fuisteis el principal instrumento de nuestra salvación.
Ella añadió: El fundamento principal de esa obra fue la Salutación Angélica, que es el fundamento del Nuevo Testamento; y, por tanto si quieres ganar para Dios esos corazones endurecidos, reza esta Salutación.
Así fue como Santo Domingo, en nada puso durante su vida tanto empeño como en alabar a la Santísima Virgen, predicar sus grandezas y animar a todo el mundo a honrarla por medio del Santo Rosario. La poderosa Reina del cielo, a su vez, no cesó de derramar sobre Santo Domingo bendiciones a manos llenas; coronó su trabajo con mil prodigios y milagros, y nada pidió éste a Dios que no obtuviera por intercesión de la Santísima Virgen, y para colmo de favores, Ella lo sacó victorioso de la herejía de los albigenses y le hizo padre y patriarca de una gran orden religiosa.
Pero la Santísima Virgen, no favorece sólo a los predicadores del Santo Rosario. Recompensa igualmente a aquellos que por su ejemplo, atraen a los demás a esta piados práctica.
No es posible expresar cuánto estima la Santísima Virgen el Rosario sobre todas las demás devociones y cuán magnánima es al recompensar a quienes trabajan para predicarlo, establecerlo y cultivarlo y cuán terrible es, por el contrario, con aquellos que quieren hacerle oposición. Porque nadie puede desaprobar el Santo Rosario sin condenar lo más piadoso que hay en la Religión cristiana a saber: la oración dominical, la Salutación angélica y los misterios de la vida de Jesús y su Madre. No es ser buen católico despreciar el Santo Rosario, con tantos y tan grandes beneficios que por su rezo son concedidos. Disuadir a los fieles de que recen el Santo Rosario, es ser enemigo de la salvación de las almas.
BENEFICIOS DEL ROSARIO
Para animarnos aún más a esta devoción, San Luis María Grignion añade que el Rosario, rezado con la meditación de los misterios:
1) Nos eleva insensiblemente al perfecto conocimiento de Jesucristo.
2) Purifica nuestras almas del pecado.
3) Nos permite vencer a nuestros enemigos
4) Nos facilita la práctica de las virtudes.
5) Nos abrasa de amor a Jesucristo.
6) Nos enrique de gracias y de méritos.
7) Nos proporciona con que pagar todas las deudas con Dios y con los hombres.
8) Nos obtiene de Dios toda especie de gracias.
La Santísima Virgen reveló al Beato Alano que después del Santo Sacrificio de la Misa, que es la primera y más viva memoria de la Pasión, no hay oración más excelente y meritoria que el Rosario.
Así como no existe oración más meritoria para el alma ni más gloriosa para Jesús y María que el Santo Rosario bien rezado, no hay nada más difícil que rezarlo con perseverante atención. Por ello, para perseverar en el Santo Rosario, hace falta infinitamente más devoción que para cualquier otra oración. No os dejéis desanimar por esas distracciones, pues podéis estar seguros de que el diablo es el primer interesado en ello. Pronto os convencerá de que es mejor y más meritorio, rezar cualquier otra oración o hacer un rato de lectura con más atención y dejar el rosario para otra ocasión.
Pero no lo creáis y tened valor; pues aunque todo el rato haya estado vuestra mente distraída, si habéis intentado combatir las distracciones lo mejor posible, vuestra oración es mucho más meritoria, pues es más meritoria en cuanto es más difícil.
De cuántos modos hay de rezar el Rosario, el más glorioso para Dios y más saludable para las almas, como también el más terrible para el diablo es rezarlo públicamente a dos coros:
1- porque el espíritu está normalmente más atento en la oración pública que en la privada.
2- Cuando se reza en comunidad, las oraciones de cada individuo se hacen comunes a toda la asamblea y forman una sola oración. De suerte que si uno no reza tan bien, otro que lo hace mejor compensa su falta.
3- Una persona que reza el Rosario sola, tiene el mérito de un Rosario, pero si lo reza con treinta personas, adquiere el mérito de treinta Rosarios.
4- Esta oración pública es más poderosa para apaciguar la ira de Dios y alcanzar su misericordia que la oración particular y la Iglesia en época de necesidad se valió de esa forma de oración en tiempos de calamidades y miserias públicas.
5- El Rosario, rezado de esta forma es mucho más terrible para el demonio, pues así se constituye un cuerpo de ejército para atacarle. Es fácil romper una varita, pero muchas unidas hacen un haz, imposible de romper.
El Rosario debe ser rezado con fe, humildad, perseverancia y confianza.
martes, 18 de mayo de 2010
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