miércoles, 13 de enero de 2010
DAR LA VIDA POR CRISTO
Las bajas temperaturas no impidieron que muchos corazones se acercaran en busca del calor y el fuego de Cristo Eucaristía y así, la noche más fría del año sirvió de marco para el testimonio que José Antonio Rodríguez dio el pasado viernes en la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza.
El contraste estaba servido: noche, oscuridad, frío eran señales de los duros tiempos que corren para los que están dispuestos a seguir a Cristo, en un mundo que se empeña en vivir de espaldas a Dios; y “como, muestra un botón”: con una anécdota se dibuja un rostro que estaba lleno de soledad, de tristeza, de duda, de desorientación… era la cara de alguien que no conocía a Dios y cuya vida era un barco a la deriva. De otro lado, lo que hemos celebrado esta Navidad, lo que encontraron los magos de Oriente: la Vida, la luz del mundo, el Salvador, el Dios-con-nosotros que da sentido a nuestras existencias; y, “como muestra, un botón”: los saltos de alegría, el entusiasmo y la ilusión en otro rostro, el de una vida joven entregada a Dios en el Carmelo, el de nuestra querida Beatriz, presente en cada Adoremus desde que se inició en Cartagena hasta que se determinó a seguir más de cerca al Señor que adoraba cada viernes en la Custodia. Moraleja: lo que ya dijo el Papa de los jóvenes: “merece la pena dar la vida por Cristo”.
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