miércoles, 24 de febrero de 2010

Dos jóvenes nos hablan de la vida del beato Francisco Castelló


Antonio y María nos dieron a conocer la semana pasada algo de la vida y de los últimos escritos del joven mártir Francisco Castelló.
Es impresionante descubrir en un muchacho de veintidós años un amor incondicional a Jesucristo.
Nos contaron de Castelló que en una época difícil para la fe (la Guerra Civil española) destacó por su entrega a los demás y también por su celo apostólico que le llevaba a gastar su tiempo, su dinero, su salud y hasta su vida por acercar un alma al Señor. Combinó con maestría la caridad del Maestro y el deseo ferviente de llevarlos a todos hacia Él y, así, hizo apostolado en el instituto, en la universidad, en la fábrica donde trabajó como químico, en barrios marginales, en el ejército, en la cárcel...
Y firmó el supremo testimonio de su fe afirmando: si ser católico es un delito estoy dispuesto a dar cien vidas por Cristo.

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