domingo, 7 de febrero de 2010

Adorar a Cristo, una "moda" que llena el corazón.


El 5 de febrero estuvimos en la Parroquia de San Antón. Allí nos recibieron estupendamente, habían hecho unos carteles y unas octavillas anunciando la "visita" del Adoremus, y nos acompañaron muchos feligreses. El tema era el habitual de nuestra salida misionera: la adoración en nuestra vida cristiana.
Un matrimonio joven "histórico" del Adoremus en Cartagena, Mariola y Manolo, compartieron su testimonio.
Manolo nos contó, entre otras cosas, su impresión, la primera vez que fue al Adoremus, cuando aún no tenía experiencia de adoración a "Jesús escondido": como percibió que estaba pasando algo muy grande, al ver en medio de las penumbras (donde Cristo es el centro absoluto) el respeto inmenso de jóvenes y mayores arrodillados ante el Señor.
Mariola nos ilustró con unas pinceladas históricas sobre la tradición de la adoración al Santísimo en la Iglesia y luego nos dio algunos consejillos, partiendo de su experiencia: no tener problema en "hacerle la lista de la compra", o sea, en pedirle todo lo que necesitemos; si no se nos ocurre nada que decirle, al menos repetirle que le queremos y estar con Él ofreciéndole nuestro hombro para que pueda reposar la cabeza.

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